http://photos1.blogger.com/img/99/3753/1024/marcelovoynich2.jpg

20060612

¡Nueva edición de "El Manuscrito Voynich" en cinco países!

Para los que no lo saben, soy el autor de "El Manuscrito Voynich", un libro que cuenta la historia del único manuscrito medieval no descifrado que queda en el mundo.
El mismo había merecido dos ediciones en tapa dura en España (Aguilar Ediciones) y una en rústica en Colombia (Aguilar Colombia).
Ahora, la editorial Punto de Lectura acaba de poner a la venta la primera edición de bolsillo en gran formato. Esta edición, de precio económico, se está vendiendo en España y se exporta, además, a los siguientes países: Estados Unidos, México, Puerto Rico y República Dominicana. Si contamos a Colombia (la edición antes mencionada), "El Manuscrito Voynich" ya está disponible en 6 países y en 4 ediciones diferentes.
Para más datos, la nueva edición es corregida y aumentada, lo cual, sumado a su bajo precio y a su gran formato, la convierte en algo interesante para comprar y leer sobre el misterio más asombroso de la historia de la literatura.
Para comprar este libro desde otros países, la vía correcta es Internet, por ejemplo en esta tienda.

20060517

Las teorías de las cuerdas

Luego de esta ausencia de varios días, regreso para mostrarles mi nuevo artículo en Axxón acerca de la (las) Teorías de las Cuerdas. Ninguna de ellas está probada ni mucho menos, pero brinda algunas ideas que pueden resultar interesantes a la luz de los conocimientos actuales y de algunos que seguramente llegarán pronto. Que lo disfruten.

20060419

Casi no hay materia en el universo

Si gusta hacer click en la imagen para ampliarla, podrá disfrutar de la visión de una de las realidades fundamentales de nuestro universo: la materia tal como la conocemos compone menos del 5% del total de su masa.
¿El resto? Lo que se ve en la foto. Es un excelente primer plano de la supernova SN1994D, en medio de la galaxia NGC4526. A su alrededor, materia oscura y energía oscura. Entre ambas, suman el 95% del contenido total del universo.
Claro que no a todo el mundo le gusta la idea de vivir en un lugar lleno de cosas que no se ven y casi no se sienten, y por lo tanto se resisten a aceptar esta verdad como un puño, echando mano a los argumentos más descabellados.
Escribí sobre ellos. En Axxón. Buscando la energía oscura es un canto a un universo solitario, frío... y oscuro.
El nuestro.

20060418

La contratapa que les debía



Aquí publico, en exclusiva, la tapa de la nueva edición (cuarta mundial, primera en editorial Punto de Lectura) de mi libro El Manuscrito Voynich.
El libro, como les contaba antes, consiste en una versión corregida y aumentada, que estará en todas las tiendas de libros de España en el curso del mes de junio de 2006.
Piquen en la imagen para ampliar.

20060417

¡La Nube del Caos devorará la Tierra!

Yahoo! News afirma que una "nube espacial" compuesta de partículas producidas por un agujero negro devorará el Sistema Solar (y por consiguiente a la Tierra, a usted, a mí y al señor Bush) a más tardar en 2014.
Convengamos en que parece problemático.
Escribí sobre ello. En Axxón, por supuesto.
Dése una vueltita por mi nuevo Zapping y después me cuenta.

20060412

Mi opinión sobre algunas ideas científicas

La lista Conjeturas y Conocimiento, de Sergio Gaut vel Hartman, es una de las que interesa formar parte. Hay de todo como en botica -fenómeno omnipresente en la web- pero los participantes tienen más neuronas que el común de los navegantes.

En el día de ayer, el moderador envió el mail que transcribo:

Amigos.

Me gustaría reactivar esta somnolienta lista con una discusión que es anillo al dedo para sus propósitos. Nos advirtió Saurio que el diario Página 12 sacó en Radar un compilado con 10 de las respuestas que científicos e investigadores le dieron al sito
www.edge.org acerca de cuál le parecía que era la idea más peligrosa que nos deparará el futuro.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-2921-2006-04-09.html
Da como para debatir tupido.

Sergio Gaut vel Hartman

Buenos Aires - Argentina

Y me puse a debatir tupido. El artículo de Página/12 está bastante mal escrito y presenta algunas inexactitudes, pero me dio ganas de contestar, una por una, las ideas de cada uno de los once científicos allí citados.
Transcribo, entonces, mi respuesta. En tipo menor lo que pone el diario e, intercalados en letras más grandes, mis comentarios.
Coincidencias, disidencias, insultos, felicitaciones y demás: posteen un comentario aquí. Los errores del artículo NO me pertenecen.

En la caverna de las ideas científicas
Todos los años, el sitio de Internet www.edge.org, que nuclea a los científicos más importantes y prestigiosos del mundo, inaugura el calendario haciéndoles a sus miembros una pregunta crucial. La de este año fue ni más ni menos que: ¿cuál es la idea más peligrosa del mundo? A continuación, las diez respuestas más explosivas, y una yapa.
Por Federico Kukso

Si a Sarmiento se lo recuerda –entre otras tantas cosas, por supuesto– por haber puesto el acento en la inmortalidad de las ideas desde las primeras páginas de Facundo, al filósofo norteamericano Daniel Dennett se lo evocará una y otra vez por haber remarcado su peligrosidad innata, esa capacidad que tienen las ideas de poner el mundo patas para arriba. Así lo hace en La peligrosa idea de Darwin, donde disecciona quirúrgicamente la teoría de la evolución (que, a su entender, rebasa ampliamente el campo de acción de la biología): como ocurrió con el heliocentrismo en los siglos XVI y XVII, la mecánica newtoniana y el psicoanálisis, que descolocaron al ser humano del centro del universo y del puesto de conductor de sus propios actos, la teoría de la evolución por selección natural provocó, provoca y provocará sacudones filosóficos casi epilépticos de la misma índole, aunque mucha gente no lo sepa. Dennett recuerda que Darwin trastrocó como ninguno el “mundo tranquilo”, bondadosamente creado y con un propósito único: el hombre. Fue la segunda muerte de Dios, el eclipse de una certeza, la apertura a un mundo sin diseñador, de relojes sin relojeros, de individuos como algoritmos biológicos, moldeados por un proceso lento, ciego, ubicuo e imparable llamado evolución. La idea de Darwin no sólo se esparció sobre la ciencia, sino que se filtró “peligrosamente” por todas las grietas del pensamiento occidental.
A casi 140 años de aquel temblor, la física relativista, la mecánica cuántica y la biología molecular –con sus clones humanos aún inexistentes pero plausibles– amagan con coronarse también como ideas peligrosas. Pero no son las únicas ideas en pugna. Hay al menos unas 119 actualmente dando vuelta al mundo, como las reunidas en
www.edge.org, uno de esos sitios “faros” de Internet, que funciona como una especie de ágora para científicos, intelectuales curiosos, pensadores varios y cualquier otro alentador de la “tercera cultura”. Creado por el agente literario John Brockman, desde 1997 se estrena cada año con una pregunta, un interrogante abierto, una especie de juego intelectual que convoca a los pensadores top del momento. En 2005 fue “¿Qué cree usted que es verdad aunque no pueda probarlo?”, y en 2006 le tocó el turno a “¿Cuál es tu idea peligrosa?”. De alguna manera, los 119 ensayos esbozan un mapa intelectual, multidisciplinario, que ilumina, asombra y al mismo tiempo confunde, pero que por sobre todo nos indica dónde estamos parados. Y dónde, tal vez, estaremos mañana.
En la larga lista hay de todo: físicos, biólogos, matemáticos, artistas plásticos y sobre todo psicólogos que mitigan o inflan el conflicto ciencia-religión: S. Kosslyn, por ejemplo, propone una “ciencia de lo divino” que estudie a Dios y pueda terminar aceptándolo. Otros son más combativos, como Sam Harris, quien plantea radicalmente que la ciencia debe destruir la religión. El filósofo inglés Barry Smith, mientras tanto, se corre de la pelea y apunta a la desesperación al señalar que lo que lleguemos a conocer no nos cambiará. El biólogo evolucionista Paul Ewald anuncia una nueva edad de oro en la medicina y se pregunta si vencer el cáncer, el sida y la diabetes, por ejemplo, amenazará el statu quo y si llevará a la ruina a la industria farmacéutica. Hay también ideas locas: el arqueólogo Timothy Taylor propone pensar al cerebro como un artefacto cultural, esto es, que los actos culturales moldean (así como son determinados por) los genes. El neurobiólogo Leo Chalupa aboga por un día de completa soledad para conseguir un funcionamiento óptimo del cerebro, constantemente bombardeado por la televisión, los teléfonos, e-mails, celulares, libros y revistas. El físico Brian Greene insiste en la idea de que tal vez nuestro universo es uno entre muchos que conformarían un “multiverso”. El matemático Rudy Rucker piensa qué sucedería si se descubriese que las estrellas, colinas, sillas y rocas tienen mente propia. Y para el famoso psicólogo experimental Steven Pinker, que los talentos y temperamentos están escritos en los genes.
Todas ideas muy interesantes y con su disruptiva carga explosiva. Pero no tan detonadoras como las siguientes (y arbitrarias) diez.


La ciencia está fuera de control
Lo que se puede hacer, alguien lo hará.
Por Martin Rees

Un examen de la opinión pública revela –al menos en el Reino Unido– una actitud en general positiva hacia la ciencia. Sin embargo, esto está asociado a una extendida preocupación de que la ciencia podría estar perdiendo el control. A mi parecer, esta idea es peligrosa, pues de generalizarse podría llegar a autocumplirse. En el siglo XXI, la tecnología cambiará el mundo más rápido que nunca: el medio ambiente, nuestro estilo de vida, incluso la naturaleza humana misma. Ninguna generación estuvo tan influida por la ciencia como la nuestra: la ciencia ofrece un potencial inmenso, pero podría traer desventajas catastróficas. Estamos viviendo el primer siglo en el que los riesgos más grandes proceden no de la naturaleza sino de la acción humana. Casi cualquier descubrimiento científico tiene el potencial de ser usado tanto para el mal como para el bien. Por lo que no podemos aceptar sus beneficios sin confrontar también sus riesgos. Las decisiones que tomamos, individual o colectivamente, determinarán si las consecuencias de la ciencia del siglo XXI serán benignas o devastadoras. El peligro real está en que caigamos en la inacción por un sentimiento de fatalismo: la creencia de que la ciencia avanza tan rápido –así como que es influida intensamente por presiones comerciales y políticas– que nada de lo que hagamos importa.
Los cínicos van un poco más lejos y dicen que cualquier cosa científica o técnicamente posible será hecha –en algún lugar, en algún momento– sin importar las objeciones éticas. Sea verdadera o falsa, esta idea es extremadamente peligrosa pues engendra un pesimismo desesperado y anula los esfuerzos para asegurar un mundo más justo. El futuro será más seguro a través de los esfuerzos de personas menos fatalistas.

Martin Rees es astrofísico y profesor de Cosmología en la Universidad de Cambridge.
Su último libro se titula Nuestra hora final.

Reactivando listas somnolientas a pedido de Gaut:
Acá van mis opiniones sobre la lectura sugerida.

1) Correcto. ¿Y qué?
¡Qué afirmaciones tan falaces hace el tal Rees! Por ejemplo: "Estamos viviendo el primer siglo en el que los riesgos más grandes proceden no de la naturaleza sino de la acción humana". Ejem... ¿Dónde está escrito? ¿Cómo se demuestra? ¿Exactamente a qué riesgos se refiere? Hmmm... Los fundamentalistas místico-religiosos se ocultan y agazapan en los sitios más impensados.

No somos todos iguales
Revelar las bases genéticas de la personalidad y del comportamiento creará conflictos sociales.
Por Craig Venter

De nuestro análisis inicial de la secuencia del genoma humano, sorpresivamente con un número menor de genes humanos que los esperados, parecía que los deterministas genéticos habían sufrido claramente un revés. Después de todo, aquellos que buscaban un gen por cada rasgo y enfermedad no daban cabida a los veintipico mil genes hallados en vez de los cientos de miles anticipados. Descifrar las bases genéticas del comportamiento humano ha sido un esfuerzo complejo e insatisfactorio debido a las limitaciones de las herramientas existentes para analizar los rasgos que involucran múltiples genes. Pero todo esto atravesará pronto una revolucionaria transformación: la tecnología de secuenciación de ADN avanza a un ritmo exponencial. En un tiempo tendremos complejas bases de datos de docenas, primero, y cientos de miles a millones de genomas, después. En una década comenzaremos a acumular rápidamente el código genético completo de seres humanos. Y por primera vez en la historia, seremos capaces de determinar exactamente qué depende de los genes y qué depende del ambiente. Sin embargo, cuando usemos estas nuevas y poderosas computadoras y bases de datos para ayudarnos a analizar quiénes somos como humanos, ¿estará lista la sociedad en su conjunto, mayormente ignorante y con miedo a la ciencia, para las respuestas que consigamos? Por ejemplo, sabemos por experimentos en moscas de la fruta que hay genes que controlan muchos comportamientos, incluyendo la actividad sexual.
Ahora bien, atribuimos comportamientos en otros mamíferos a ciertos genes, pero cuando se trata del ser humano parece que nos gusta aferrarnos a la idea de que todos somos creados por igual, o que cada chico es una “pizarra en blanco”. A medida que obtengamos más secuencias de genomas, estaremos forzados a abandonar las interpretaciones políticamente correctas. En otras palabras, estamos en el umbral de una biología “realista” de la humanidad. Inevitablemente, se nos revelará que hay fuertes componentes genéticos asociados a aspectos atribuidos muchas veces a subtipos de personalidad, capacidades lingüísticas y mecánicas, inteligencia, actividades y preferencias sexuales, pensamiento intuitivo, memoria, temperamento, etc.
El peligro está en lo que ya sabemos: que en realidad todos los seres humanos no estamos creados por igual.

Craig Venter es biólogo y conocido por ser el cerebro detrás del Proyecto Genoma Humano.

2) Este tipo va mejor que el anterior. Los deterministas creemos que TODO está determinado por los genes, o sea, moléculas, o sea, átomos, que no son más que quarks agrupados de a tres. Incluso la homosexualidad, la genialidad literaria, la tendencia a gustar de las mujeres maduras y la solidaridad.
Cuando un matrimonio tenga la posibilidad de interrumpir el embarazo de una niña que porta los genes del lesbianismo, por ejemplo... ¡Ni quilombo armarán las ONGs! Tildarán a la ciencia de nazi, a los genetistas de Mengeles, a los neurobiólogos moleculares que te pueden poner contento o triste con algunos mililitros de neurotransmisores de carniceros pavlovianos al servicio del poder de turno... Pero no podrán evitar que los padres heterosexuales eliminen sus fetos futuros homosexuales... Big Brother, Big Brother. Puede que tengan razón. O no. A mí personalmente no me importa. ¿Acaso no pasó esto con los científicos de todos los tiempos, de Anaxímenes para acá? 10 puntines para el tal Venter.

No hay almas
Si el alma no fuera más que física y química, cuál sería la posición frente al aborto, la eutanasia, la clonación y el cielo.
Por Paul Bloom

Me interesa la noción de que la vida mental tiene una base puramente material. La idea peligrosa, entonces, sería que el dualismo cartesiano es falso. Si lo conocido como “alma” es algo inmaterial e inmortal, algo que existe independientemente del cerebro, entonces el alma no existe. Este argumento es conocido por psicólogos y filósofos, pero para el resto de las personas el rechazo del alma inmaterial llega a ser anti-intuitivo y absolutamente repulsivo. Patrick Lee y Robert George ya delinearon algunas preocupaciones desde la perspectiva religiosa: “Si la ciencia mostrara que todas las acciones humanas, incluyendo el pensamiento conceptual y la voluntad, son simplemente procesos cerebrales, implicaría que la diferencia entre los seres humanos y otros animales es superficial, una diferencia de grado en vez de una diferencia de clase, y que careceríamos de algún atributo especial merecedor de un respeto especial. Lo cual socavaría las normas que impiden matar y comer seres humanos como matamos y comemos gallinas”. En definitiva, el rechazo del alma nos daría la licencia de hacer cosas terribles a otros seres humanos. En cambio, otros, como Peter Singer, piensan que haría que fuéramos más benévolos con otros animales.
Sin embargo, abandonar la idea de alma sí tendría consecuencias reales. Afectaría lo que pensamos en relación con las células madre, al aborto, la eutanasia y la clonación, entre otros ejemplos. Tendría implicaciones morales y legales (surgirían excusas del tipo “mi cerebro me hizo hacerlo”). Incluso, es más peligrosa que la idea de evolución por selección natural que nos mantuvo ocupados en 2005: la batalla entre evolución y creacionismo es importante porque es en la que la ciencia toma posición en contra de la superstición. Sin embargo, al igual que el origen del universo, el origen de las especies es un tema de gran importancia intelectual pero de poca relevancia práctica. En contraste, el rechazo del alma requeriría que las personas repiensen lo que pasa cuando mueren y abandonar la idea (compartida, por ejemplo, por casi el 90% de los norteamericanos) de que sus almas sobrevivirán a la muerte de sus cuerpos y que ascenderán al cielo. Es difícil encontrar algo más peligroso que eso.

Paul Bloom es psicólogo de la Universidad de Yale y autor del libro Descartes’ Baby.

3) Ay, Bloom... Cito: “Si la ciencia mostrara que todas las acciones humanas, incluyendo el pensamiento conceptual y la voluntad, son simplemente procesos cerebrales, implicaría que la diferencia entre los seres humanos y otros animales es superficial, una diferencia de grado en vez de una diferencia de clase, y que careceríamos de algún atributo especial merecedor de un respeto especial. Lo cual socavaría las normas que impiden matar y comer seres humanos como matamos y comemos gallinas. En definitiva, el rechazo del alma nos daría la licencia de hacer cosas terribles a otros seres humanos". Difícil concebir una imbecilidad más grande. Desde las campañas de Ramsés II y Nabucodonosor, pasando por la persecución del catarismo, las Cruzadas, y todas y cada una de las guerras y los conflictos llevados a cabo por el ser humano (incluyendo las desigualdades en la distribución de la riqueza que condenan a la igonrancia, la enfermedad, el hambre y la muerte a millones de niños), siempre el poder ha autorizado e incluso impulsado a los seres humanos a hacerles cosas terribles a los seres humanos. Es un fenómeno el tipo que escribe. Si, por el contrario, se demostrase que el alma existe, ¿eso protegería a las niñas de los abusos sexuales? ¿Protegería a los civiles iraquíes de Mr. Bush? ¿Protegería a los hambrientos argentinos del neoliberalismo? ¡Ja! ¡No me hagas reír, Bloom!

La ciencia nunca silenciará a Dios
Será imposible capturar racionalmente eso que denominamos “Dios”.
Por Jesse Bering

Con cada vuelta de tuerca científica, cada vez que ajustamos nuestro conocimiento del mundo natural, tiramos más las correas del bozal de Dios. De la botánica a la bio-ingeniería, de la física a la psicología, ¿qué es la ciencia sino verdadera revelación? ¿Y qué es revelación sino la negación de Dios? Los científicos emprendemos una búsqueda humilde: correr detrás de la realidad. Muchos sufrimos la severa y rabiosa mirada de la teocracia norteamericana, cuyo corazón sigue latiendo fuerte en este nuevo año del siglo XXI. Nosotros apoyamos valientemente la verdad, en toda su maravillosa, amoral e insignificante complejidad, por encima de la destructiva Verdad nacida de las mentes temblorosas de nuestros ancestros. Mi idea peligrosa, me temo, es que no importa cuán lejos nuestros pensamientos salten al eterno cielo del progreso científico, no importa cuán deslumbrantes sean los efectos de este progreso, Dios siempre morderá a través de su bozal y nos ahuyentará de la noche estrellada de los ideales humanísticos.
Nunca llegará el día en que Dios no hable por la mayoría. Nunca llegará el día en que Dios no susurre en los oídos más ateos. Esto es porque Dios no es una idea ni una invención cultural ni el “opio de las masas” o algo por el estilo. Dios es una idea implantada en el cerebro por la selección natural.
Como científicos, debemos esforzarnos y trabajar y esforzarnos otra vez para silenciar a Dios aunque esto sea como cortarnos las orejas para escuchar con mayor claridad. Dios también es un apéndice biológico; hasta que reconozcamos este hecho por lo que es, hasta que eduquemos a nuestros hijos con esta idea, El continuará aullando su descontento por lo que queda del Tiempo.

Jesse Bering es psicólogo de la Universidad de Arkansas (EE.UU.).

4) Este es genial: "Dios es una idea implantada en el cerebro por la selección natural". ¿De dónde sacó semejante pavada? La mía es mucho más demostrable y racional que la suya: "Dios es una idea implantada en el cerebro por los sacerdotes sumerios y egipcios para mantener dominados a los campesinos y que se los alimentara sin necesidad de trabajar. Dios es una idea implantada en el cerebro por las clases dominantes para perseguir a sus enemigos políticos (mediante la Inquisición, por ejemplo) y por los militares para reclutar soldados imbéciles que luchen para que las antedichas castas militares, sacerdotales y dirigentes puedan mantener sus provilegios".
Difícil imaginar una idea más fascista y promística que la del tipo este. Que la selección natural haya inventado a Dios tiene tanto sentido como decir que la selección natural imbuyó en nuestro amigo monseñor Ratzinger el interés y el deseo de ingresar a las Hitler Jügend. ¡Por favor!

¿Cuándo tomará Internet conciencia de sí misma?
Internet ya está en el rango de almacenaje y capacidad de comunicaciones del cerebro humano, y a punto de pasarlo.
Por Terrence Sejnowski

Nunca pensé que me convertiría en omnisciente durante mi vida, pero mientras Google continúa mejorando y la información online sigue expandiéndose, he logrado la omnisciencia para varios objetivos prácticos. Internet ha creado un mercado global para ideas y productos, haciendo posible que individuos en esquinas distantes del mundo puedan conectarse entre sí de manera automática. Esto lo ha conseguido al ampliarse exponencialmente el ancho de banda. Por lo que me pregunto, ¿cuánto se parece el poder computacional de Internet al del córtex cerebral, la parte más interconectada de nuestro cerebro? En estos momentos Internet y nuestra capacidad de buscar en ella están en el rango de almacenaje y capacidad de comunicaciones del cerebro humano, y se presume que lo sobrepasará en el 2015.
Desde su creación en 1969, Internet ha crecido a un tamaño ni siquiera imaginado por sus inventores, a diferencia de la mayoría de otros sistemas ingenieriles que caen cuando son presionados más allá de sus límites de diseño. El crecimiento y estabilidad de Internet se deben en parte a su habilidad de regularse a sí misma, decidiendo cuáles son las mejores rutas para mandar los paquetes de información según el tráfico existente. Como el cerebro, Internet tiene ritmos biológicos. Y el crecimiento de Internet en las últimas décadas se asemeja más a evolución biológica que a una construcción ingenieril.
Pero, ¿cómo sabremos cuando Internet cobre conciencia de sí misma? El problema es que ni siquiera sabemos si algunas criaturas de este planeta son conscientes. Por lo que sabemos, Internet ya podría haber despertado.


Terrence Sejnowski es neurocientífico computacional del Howard Hughes Medical Institute y autor de The Computational Brain.

5) Este pibe vio muchas películas de James Cameron. "Por lo que sabemos, Internet ya podría haber despertado". Sí, y mi abuela se desviste en el Folies Bergére. ¿Están locos? ¿Cómo unos tristes pedacitos de silicio van a cobrar conciencia? Me parece que el demente en cuestión no merece ni una segunda mirada. Cuando Internet demuestre el Teorema del Todo, componga 20 variaciones sobre el Clave Bien Temperado u organice una sociedad de computadoras con sus Catones, sus Aristóteles y -por supuesto- sus Hitlers, me avisan.

El cerebro es incapaz de entender las verdades del universo
Igual que un perro no comprende la física que mueve el palo que busca, quizá nunca entendamos las fuerzas que mueven al mundo.
Por Karl Sabbagh

Nuestros cerebros puede que no estén lo suficientemente equipados para entender por completo el universo y nos estamos engañando si pensamos que alguna vez podremos hacerlo. ¿Por qué debemos esperar ser capaces algún día de entender cómo el universo se originó, se desarrolló, y cómo funciona? Mientras que los cerebros humanos son complejos y capaces de muchas cosas asombrosas, no hay necesariamente ninguna relación entre la complejidad del universo y la complejidad de nuestros cerebros, así como el cerebro de un perro es incapaz de entender cada detalle del mundo de los gatos o la dinámica de la trayectoria del palo que le arrojamos.
La historia de la ciencia se puede dividir en dos tipos de avances en el conocimiento. Por un lado está el entendimiento imperfecto que más o menos funciona, y que luego es modificado o reemplazado por algo que funciona mejor, sin destruir la validez de la teoría anterior. La teoría de la gravitación de Newton, por ejemplo, fue reemplazada por la de Einstein. Por otro lado está el entendimiento imperfecto de ciertos fenómenos, que suele ser reemplazado por nuevas ideas que no les deben nada a las viejas. La teoría del flogisto y el éter, por ejemplo, fueron reemplazadas por ideas que condujeron a predicciones más certeras y que nos convencieron de que estaban más cerca de la verdad. ¿Cuál de estas dos categorías se aplica al actual estado de la ciencia? ¿Podríamos estar engañándonos y en presencia de teorías de flogisto modernas?
Incluso si estuviéramos bien en ciertas áreas, ¿cuánto de lo que queda en el universo por entender realmente entenderemos? ¿Cincuenta por ciento? ¿Cinco por ciento? Entendemos tal vez la mitad y todo el poder de computación que podamos reunir quizá nos haga avanzar solamente un uno o dos por ciento más en el tiempo de vida de la especie humana.

Karl Sabbagh es escritor, productor televisivo y autor de The Riemann Hypothesis.

6) Le contesto lo mismo que les contesto a todos los que me dicen "tal cosa es incognoscible, el Hombre nunca entenderá tal otra". Les digo "Hable por usted. Yo puedo conocer todo y comprender todo, y la Humanidad en su conjunto también. A mí no me meta en su fascista y deleznable defensa de la ignorancia, en sus espurias justificaciones de la sumisión de los pueblos": Porque lo que se sigue de este tipo de afirmaciones, tácito pero omnipresente es: "Ya que la realidad es incognoscible, no eduquemos a la gente. Total... ¿para qué?", viejo favorito de los autoritarios.
Lleno de falacias e inexactitudes del tipo "Newton fue reemplazado por Einstein", el texto de este Sabbagh es otro canto a la muerte y el oscurantismo. Vergonzoso. O está a sueldo, o es el cerebro de él el que es incapaz de entender nada.


La biotecnología será domesticada
¿Cómo detener, en los próximos 50 años, a niños juguetones creando virus reales igual que hoy crean virus de computadora?
Por Freeman Dyson

Así como ocurrió con la computación en el último medio siglo, la biotecnología será domesticada en los próximos 50 años. Esto implicará la aparición de kits del tipo “hágalo usted mismo” para, por ejemplo, jardineros que podrán diseñar sus propias rosas y orquídeas, o criadores de animales dentro de poco capaces de diseñar sus propias lagartijas y serpientes. Será una nueva forma de arte, tan creativa como la pintura o el cine. Aparecerán juegos biotecnológicos para chicos de preescolar, como juegos de computadoras, pero esta vez con huevos y semillas reales. Y los chicos se apegarán a los organismos que creen. Esto implicará una explosión en la biodiversidad en la medida en que se diseñan nuevos ambientes para hacer caber millones de bichos nuevos alrededor del mundo. Los paisajes urbanos y rurales serán más variados y más fértiles.
Habrá dos peligros obvios y severos. Primero, niños inteligentes y adultos maliciosos hallarán la manera de convertir estas herramientas biotecnológicas en peligros latentes como microbios letales. Segundo, padres ambiciosos se las rebuscarán para –biotecnología mediante– modificar a sus propios bebés. La gran pregunta sin contestar es si podremos regular la biotecnología domesticada para que pueda ser aplicada libremente en animales y vegetales pero no en microbios y humanos.

Freeman Dyson es físico y autor de Disturbing the Universe.

7) La cuestión del subtítulo es lo que yo me pregunto, Dyson. Y, ya puestos a ello: ¿se te ocurre alguna forma de detener hoy a los ejércitos norteamericano, ruso, francés y alemán en su investigación, desarrollo, producción y almacenamiento de virus del ántrax y toxina botulínica? Dice este científico genial pero crédulo: "Habrá dos peligros obvios y severos. Primero, niños inteligentes y adultos maliciosos hallarán la manera de convertir estas herramientas biotecnológicas en peligros latentes como microbios letales. Segundo, padres ambiciosos se las rebuscarán para –biotecnología mediante– modificar a sus propios bebés. La gran pregunta sin contestar es si podremos regular la biotecnología domesticada para que pueda ser aplicada libremente en animales y vegetales pero no en microbios y humanos". De acuerdo en la primera parte. Con respecto a la segunda, Freeman parece ignorar que los gobiernos centrales fabrican armas NBQ desde hace siglos (sobre todo B), y que posiblemente la primera aplicación de la biotecnología de que habla sea seleccionar los embriones humanos por su genética. Es justo y lógico, y me parece perfecto. Si no, prohíban los avances científicos como hicieron los chinos de la dinastía Tchin, y listo. "Un mundo feliz", tal vez. Nosotros lo hicimos, y nosotros nos lo merecemos. Salvo su cándida inocencia, estoy de acuerdo con Dyson como lo estaba con el del texto número 2.

La lucha contra el calentamiento global está perdida
La temperatura subirá irremediablemente, y la población mundial vivirá un desplazamiento gigantesco. Pero eso no es lo más grave.
Por Paul Davies

Algunos países, incluyendo Estados Unidos y Australia, han negado el calentamiento global. Arrojan dudas sobre la misma ciencia que hizo sonar las alarmas. Otros países, como Gran Bretaña, en cambio, entraron en pánico y quieren reducir las emisiones de gases invernadero. Las dos posiciones son irrelevantes, pues de cualquier manera es una lucha sin esperanzas de ser ganada.
A pesar del alza reciente del precio del petróleo, este combustible sigue siendo lo suficientemente barato. Conociendo la naturaleza humana, la gente seguirá utilizándolo hasta que comience a acabarse. Mientras tanto, los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera seguirán subiendo.
Los que abogan por bajar las emisiones de gases de efecto invernadero intentan asustarnos proclamando que un mundo más cálido es un mundo peor. Mi idea peligrosa es que probablemente la cosa no vaya a ser así. Algunas cosas malas sucederán. Por ejemplo, el nivel del mar subirá inundando algunas costas fértiles y altamente pobladas. Pero, en compensación, Siberia quizá se convierta en el granero del mundo. Algunos desiertos se expandirán, y otros se achicarán. Algunos lugares se volverán más secos, otros más húmedos. La evidencia de que el mundo será peor es endeble.
Lo cierto es que tendremos que adaptarnos, y cualquier adaptación siempre es dolorosa. La población deberá desplazarse. En los próximos 200 años algunas regiones actualmente densamente pobladas estarán desiertas. Pero los movimientos de población en los últimos 200 años también fueron drásticos. Dudo que algo más drástico sea necesario. Una vez que la gente se percate de que, sí, el mundo realmente se está calentando y que no, no implica el Armageddon, entonces acuerdos internacionales como el Protocolo de Kyoto sucumbirán.
La idea de darse por vencidos es peligrosa porque en realidad no se debió llegar a este punto. La humanidad posee la tecnología y los recursos para recortar las emisiones de gases invernadero. Carecemos de la voluntad política. Puede que, después de todo, el calentamiento global no termine siendo tan malo, pero otros actos de vandalismo ambiental son llanamente imprudentes: el debilitamiento de la capa de ozono, la destrucción de los bosques tropicales, la contaminación de los océanos. Darse por vencido ante el calentamiento global sentará un mal precedente.


Paul Davies es físico de la Universidad Macquarie (Sydney, Australia)y autor de How to Build a Time Machine.

8) El extraordinario Davies escribe un texto desparejo: primero, todo lo que dice que ocurrirá si el aumento térmico no se detiene es cierto. En segundo lugar, omite decir que la culpa humana en el calentamiento global es, cuando menos, discutible. Se trata de una teoría aún no demostrada. Cualquier climatólogo te puede decir que los planetas (y la Tierra en particular) han sufrido oscilaciones térmicas como la actual, y mucho más severas inclusive. Pero lo más grave -y esto es raro en el doctor Davies- es que pudorosa (o interesadamente) se guarda de describir la consecuencia más grave del calentamiento. A nadie le importa si se inundan unos cuantos millones de kilómetros cuadrados de costas, si hay que mudar Los Angeles a Denver, si donde está Holanda queda un monísimo mar interior o si los chinos deben reconstruir Chungking y Shangai en la cima de los Himalayas. Lo que realmente importa es que si los polos se derriten, el vertido de esos miles de millones de kilómetros cúbicos de agua dulce hará descender la salinidad de los océanos a límites letales para las algas azul verdosas, el fitoplancton y todas las especies que forman la base de la cadena alimenticia y oxidante de nuestro planeta. Antes de morir ahogados o de hambre moriremos asfixiados, pero somos pocos los que nos atrevemos a decirlo. Como bien expresa Hitchcock en el trailer de Psycho: "It´s too much horrible to describe". Parece que Bush piensa que la extinción de las cianobacterias no afectará los pulmones de sus nietos. O bien tiene grandes reservas de oxígeno envasado.

Somos virtuales
Podremos engañar al cerebro, simular realidades imaginarias y hasta crear falsos recuerdos.
Por Clifford Pickover

Nuestro afán de realidades virtuales crece día a día. Mientras nuestro entendimiento del cerebro humano se acelera, crearemos realidades imaginadas y un conjunto de memorias para alimentar esos simulacros. Por ejemplo, algún día será posible simular una visita a la Edad Media y, para hacer la experiencia bien realista, incluso nos aseguraremos de que el visitante crea que de hecho estuvo en la Edad Media. Se implantarán falsos recuerdos, que reemplazarán temporalmente los recuerdos reales. Esto deberá ser fácil de hacer en el futuro teniendo en cuenta que ya podemos engañar a la mente a través de drogas como la DMT (dimetiltriptamina). Cuando entendamos más cómo funciona el cerebro, seremos capaces de generar visiones más controladas.
Además, nuestros cerebros son capaces de simular complejos mundos mientras dormimos. Si comprendiésemos cómo la mente induce la convicción de realidad, podríamos lograr que el viaje a la Edad Media parezca real, aunque la simulación fuese imperfecta.
En el futuro, por cada vida real se crearán diez vidas simuladas. Por ejemplo: trabajás diariamente como programador en IBM. Sin embargo, cuando salís de la oficina sos un caballero medieval con una brillante armadura que asiste a banquetes fastuosos y les sonríe a damiselas y bellas princesas. A la otra noche, estás en el Renacimiento y vivís en la costa italiana. Cada una de estas vidas será única y representativa de la experiencia humana.

Clifford Pickover es matemático y autor de Sex, Drugs, Einstein, and Elves.

9) Chocolate por la noticia. ¿Y...? A mi juicio, este también tiene razón. Lo que no veo es lo "horrible" o "peligroso" de esta idea. Ya está aceptado: todo apunta en esa dirección. Un aplauso para el asador.

Estamos solos en el universo
Sin otras pruebas de vida, la humanidad se replegará en la religión.
Por Rodnew Brooks

Lo que más me preocupa es que quizá la transformación espontánea de materia inerte en materia viva sea un hecho extraordinariamente improbable. Sabemos que ocurrió una vez. Pero qué pasaría si encontrásemos un montón de información en las próximas décadas que indicase que esto raramente sucede.
En lo que me queda de vida se puede esperar que exploremos la superficie de Marte y las lunas de los gigantes gaseosos. También esperamos ser capaces de fotografiar con más resolución planetas extrasolares como para detectar evidencia de actividad biológica a gran escala. ¿Qué pasaría si pese a esto nada indica presencia de vida? ¿Cómo repercutirá en nuestra concepción de que la vida surgió espontáneamente? No la cambiará pero hará que sea más difícil defenderla de ataques no científicos. Estar solos en el Sistema Solar tal vez no vaya a ser un shock tan importante, pero estar solos en la galaxia, o peor, estar solos en el universo, me parece que nos conducirá a la desesperación y a retroceder a la religión como nuestra salvadora.


Rodnew Brooks es director del Laboratorio de Inteligencia Artificial y Ciencias de la Computación del MIT y autor de Flesh and Machines.

10) Cumplo en recordarle, señor Brooks, que la humanidad siempre se ha replegado en la religión, con o sin extraterrestres. Hubo fundamentalistas en las Cruzadas y también los hay hoy (especialmente en el gobierno) en los Estados Unidos del proyecto SETI y los rovers marcianos. Es imprudente relacionar una cosa con la otra.
Por otra parte, las teorías actuales no van en esa dirección sino en la opuesta. Hasta que se demuestre lo contrario, por lo que a la comunidad científica respecta, el universo bulle de vida como la nuestra y de inteligencia como la nuestra. Puede que no, claro, pero a las sociedades humanas no les va a quitar el sueño enterarse de eso. No es un peligro: es sólo una posibilidad estadística. ¿Desesperación? Hmmmm... no sea grandilocuente, Brooks. En realidad, tenemos tantos problemas que a nadie le importa si hay hormigas o serpientes o incluso Madres Teresas de Calcuta en el Cúmulo Globular del Ofiuco. Además, la Relatividad nos priva de conocerlos jamás, así que... va´fangulo!

De yapa: la Nada
Será imposible de desterrar lo más temido por la humanidad.
Por Charles Seife

Nada puede ser más peligroso que la nada. La humanidad se ha sentido desde siempre incómoda con el cero y el vacío. Los antiguos griegos los declararon irreales y no naturales. Teólogos argumentaron que el primer acto de Dios fue el de desterrar el vacío creando el universo ex nihilo. Pensadores de la Edad Media intentaron prohibir el cero y otras cifras árabes. Pero el vacío está en todas partes a nuestro alrededor; la mayoría del universo es vacío. Aunque inventemos historias para convencernos de que el cosmos es un lugar acogedor, lleno y atractivo, la nada nos seguirá mirando fijo con sus ojos huecos y vacíos.

Charles Seife es profesor de periodismo en la Universidad de Nueva York, ex colaborador de la revista Science y autor de Zero: The Biography Of a Dangerous Idea.

La Yapa) Chocolate por la noticia segunda parte. Bueno, creo que desde aquel discriminado muchacho de Abdera la Humanidad sabe que no sólo el Universo está compuesto básicamente de nada, sino que también la materia física (los átomos, creo que los llamó) también. Lo dice el pobrecito Sagan en Cosmos (capítulo 6): "La realidad y nosotros mismos estamos compuestos básicamente de... nada". Una vez más la vieja pregunta: ¿Y...? ¿A quién le puede importar? Mientras la nada tome la forma del Sol que nos alumbra, calienta y pone en marcha los procesos biológicos, mientras el espacio vacío se ordene como la mujer que nos recibe en su cama por las noches, siempre que pequeños cuantos de no-existencia se organicen para configurar el bife de chorizo a caballo que me zampé anoche en la parrilla, todo bien.
¿Y qué?

Conclusiones según mi mirada:

Ensayo 1: falaz.
Ensayo 2: verdad como un puño.
Ensayo 3: funcional a los gobiernos autoritarios.
Ensayo 4: funcional a los fundamentalistas.
Ensayo 5: ciencia ficción tecnofóbica y anticientífica, pensada para asustar a los ignorantes.
Ensayo 6: ídem 3.
Ensayo 7: cierto, pero se acordó un poco tarde (unos 3.500 años de desarrollo tecnológico tarde).
Ensayo 8: casi todo cierto, pero se olvida de explicar de qué se va a morir la gente.
Ensayo 9: ciertísimo.
Ensayo 10: mentiras.
Ensayo de yapa: correcto, ya lo sabíamos desde el Siglo de Pericles.

20060411

La increíble hazaña de Richard E. Byrd (segunda parte)

Hubo un hombre que se atrevió, en 1934, a pasar en soledad el espantoso invierno antártico con su larga noche polar de varios meses.
Su nombre era Richard Byrd, y logró su hazaña aunque casi le cuesta la vida.
Nadie, nunca, ni antes ni después, pasó todo el invierno y la noche antártica solo y enterrado en la nieve.
Describí su odisea -absolutamente increíble- en Desesperación, un largo y documentado artículo en Axxón, basado extensivamente en los propios diarios personales del almirante Byrd.
Acabo de publicar la segunda parte.
Si usted no ha leído la primera, y desea comenzar por el principio, puede hacer click en este enlace y comenzar a asombrarse de la misma manera como me asombré yo al escribirlo.
Que lo disfruten.

20060410

La portada de la edición de bolsillo


Finalmente, tenemos aquí la nueva cubierta de la edición de mi libro El Manuscrito Voynich en su nueva editorial, Punto de lectura, próxima a editar la edición en formato libro de bolsillo.

Más detalles en futuros posts.

20060407

Hace 12 años moría Hartzenbusch Lee

Foto: Hartzenbusch Lee (izquierda) con su biógrafo Ricardo Puente Rey (pique para ampliar)

Se fue hace doce años.
Murió tranquilo, como un pájaro, trabajando, como siempre, en su jardín invertido, según la apropiada metáfora de su mayor adepto.
Los árboles y los arbustos floridos, como no, habían crecido y fructificado. Estaban al revés, es cierto, pero sabemos, gracias a la física, que la posición espacial es relativa al observador. Acaso los que se encontraban de cabeza fueran los otros, aquellos que decían que el jardín del viejo Lee estaba patas arriba.
Fue uno de los más grandes pensadores, filósofos, pedagogos, poetas y narradores que dio el Oriente español en el siglo XX. Vivió todo, y le gustaba que le dijeran Arturo. Republicano como era y como supo ser, no le agradaban las resonancias germánicas de su nombre de pila.
Hartzenbusch (Arturo) Lee y Arriazu es, genial como fue, sin embargo, poco conocido para el común de la gente. Sólo quienes han leído su Didáctica (Ediciones de la Universidad Nacional del Nordeste, Corrientes, 1951) o su Estudio sobre la poesía argentina del siglo XIX (Ed. Del Mayoral, Buenos Aires, 1976) conocen realmente la obra de este extraordinario autor. Hartzenbusch Lee publicó, además de las obras mencionadas, las siguientes: Trazas de la centella (novela, Petrel, Buenos Aires, 1988), Brindis por un sevillano (poesía, Petrel, Buenos Aires, 1975) y Doria (poesía, Planeta, Buenos Aires, 1973). Tuvo un moderado éxito, además, con su ensayo Weggener, America and the introspective sight (The Globe Publications, Ontario, 1990).
Hartzenbusch Lee nació en Berceo, La Rioja, el 28 de noviembre de 1919 y murió en Buenos Aires el 7 de abril de 1994.
El abuelo de Hartzenbusch, A.C. Grant, maestro de escuela, luchó entre 1871 y 1879 en las filas de los Texas Rangers a las órdenes de los legendarios capitanes Leander H. McNelly y John Wesley Hardin: la Guerra de Secesión lo había visto batirse bajo la bandera confederada en Vicksburg y Port Gibson. Aún es visible una fotografía suya en un afiche de la Compañía “B” de los remodelados Rangers, posiblemente tomada en 1901.
Isaac Lee, el padre de nuestro autor, nació en Knoxville, Tennesse en 1889 y murió en Santillana en 1923. Joven de 21 años emigra a España, siguiendo a una navarra mucho menor que él, de quien se había enamorado en Estados Unidos, a la cual asediará incansablemente hasta conseguir casarse con ella dos años después. El nombre de la bella era Mariana Josefa Arriazu y Toledo, y había nacido en Ablitas en 1900. Mariana murió en Madrid el 7 de enero de 1974.
Amante de la poesía española, y habiéndose imbuido de un verdadero amor por su patria adoptiva, Isaac Lee bautiza a su tercer hijo con el apellido de su dramaturgo y poeta favorito: Juan Eugenio Hartzenbusch, romántico autor de Los Amantes de Teruel. Viene al mundo, entonces, Hartzenbusch Lee y Arriazu, poco después de terminada la Gran Guerra.
A sus 20 años escasos lo sorprende la Guerra Civil, y, alineado con las ideas republicanas, es reclutado para la XIª Brigada, como ciudadano español pero con funciones de enlace con los extranjeros (ingleses, británicos y canadienses) de las Brigadas Abraham Lincoln, George Washington, Macpaps y LVIIª Inglesa. Con su unidad luchó en Madrid, Boadilla, en la carretera Chinchón-Madrid como parte de la campaña de Jarama, en la Batalla de Guadalajara, en Brunete, Aragón y Teruel.
En 1941, ante el temor de un nuevo conflicto que involucre a España y harto ya de la muerte y el combate, Arturo decide emigrar a la Argentina y se establece en Buenos Aires, donde da comienzo a una carrera fructífera como escritor y docente, aunque pobremente conocida.En España había escrito, se dice, dos extraordinarios poemarios, que desgraciadamente permanecen aún inéditos. Llegado a la Argentina, pasa en 1946 al Litoral, donde, por fin, entre 1949 y 1950 da forma a la que sería su obra más importante: Didáctica. Este trabajo versa, en rigor, sobre estrategias y técnicas pedagógicas orientadas a allanar, primero, la reticencia del estudiante ante el flujo de conocimientos que le propone el educador; segundo, a permitir el intercambio de saber de manera insensible para el niño, haciendo que suponga que las conclusiones a que se llega son producto de su propio intelecto y no del sistema educativo que lo alberga. Los descubrimientos de Lee en este aspecto han sido injustamente olvidados luego de la Revolución del ’55, y sólo recientemente han comenzado a tomar estado público nuevamente. Un interesante trabajo sobre la didáctica de Lee ha sido elaborado por Eva M. Samuel. La poesía publicada de Arturo se reduce a dos poemarios: uno, Doria, editado en Buenos Aires. En la línea de Raúl Gustavo Aguirre y los “invencionistas-surrealistas” rosarinos, el libro de Lee nos han dejado algunos versos patéticos y memorables.


Arturo leyendo, en un alto del combate
durante la Ofes¡nsiva de Madrid

Juan Carlos Martini Real habla de la “vehemencia creadora” que se hace evidente en la poesía de Hartzenbusch Lee: “La poesía de Arturo Lee está alentada por una generosidad verbal a veces desenfrenada, a veces ávida de fructuosas imágenes. A través de la revista Poesía Buenos Aires –el más severo órgano de difusión poética de los años 50-, se ha esforzado por tocar distintas temáticas y formas, mostrando un gran dominio de los elementos y de las normas del quehacer poético. Su segundo libro de poesía, Brindis por un sevillano, de temática mucho menos lírica y cercana, acaso, a la poesía combativa de Raúl Alberto Pascual, Gianni Siccardi y Armando Tejada Gómez, gira en forma evidente sobre las experiencias del autor en la Guerra Civil, recordando en el poema más largo del volumen a George Fletcher, el “sevillano” del título, camarada de armas de Lee en la Brigada y muerto sin abandonar su puesto de ametralladorista durante la Ofensiva del Ebro.
Quedan allí el ensayo sobre la geología americana y la novela Trazas de la centella. Quedan sus trabajos inéditos y sus obras magnánimas, ignoradas. Queda la injusticia con que juzgaron su vida y su obra por ser socialista, pero, después de todo, quedamos también algunas voces que seguiremos cantando con las melodías que Hartzenbusch Lee plasmó en sus libros como sobre papel pautado.
Que no haya publicado más es nuestra condena. Que sus libros inéditos existan aún, nuestra esperanza.
Los niños que aprendieron con sus métodos: sus otros, muchos, innumerables hijos.

Hartzenbusch Lee en "Riojanos Ilustres"

Sitio del profesor Claudio Funes sobre H. Lee

Sobre dos textos olvidados de H.Lee en "Letras.s5.com"

20060406

Insomnia cumple 100 números: de regalo, un artículo mío

La extraordinaria revista literaria argentina Insomnia -dedicada a la vida y obra de Stephen King- ha llegado a su número 100. Cien meses disfrutando del trabajo extraordinario de nuestro buen amigo RAR, marplatense reconocido por su elegante prosa, sus medulosos trabajos de investigación y, cómo no, su amor inquebrantable por la obra del soberbio Maestro de Bangor.
Este número especial aniversario incluye cantidades de material imperdible -entrevistas, ensayos, investigación sobre cine, ficción y mucho más- y lleva un breve artículo de mi autoría titulado Tres joyas, tres orfebres, acerca de las tres películas (adaptadas de obras de King) que a mí me parecen fundacionales y básicas: The Shining (foto), Christine y Stand by Me.
Les recomiendo que se den una vueltita por esta excelente revista web, que lean mi artículo y que disfruten de todos los contenidos del resto del número, porque les aseguro que no tienen desperdicio.
¡Felicidades, Insomnia!

20060405

El esprit du corps de Guillermo Novellis

Tuve el disgusto y la mala idea de mirar anoche el programa Otro tema, conducido por Santo Biassati.
Allí se debatía la conveniencia o no de que los señores del grupo Callejeros volvieran a tocar en público.
El hecho de que esos muchachos -responsables o corresponsables de las espantosas muertes de 194 adolescentes- vuelvan a tocar o sean autorizados por la justicia a hacerlo en público es una verdadera aberración. Todos los músicos están procesados por la masacre del fatídico 30 de diciembre de 2004, así que si viviésemos en un país normal se les prohibiría hacerlo. Los abogados de estos hipócritas esgrimen el "derecho al trabajo lícito". Muy bien. Que vayan a manejar un taxi, a recoger la basura o a juntar cartones (si los taxistas, basureros y cartoneros que perdieron parientes en Cromañón se los permiten, cosa que dudo). Pero que no toquen más hasta que la justicia demuestre que son inocentes.



De izq. a der.: Omar Chabán, dueño o gerenciador de Cromañón;
médicos retirando un muerto; Guillermo Novellis,
cantante de grupo La Mosca (pique para ampliar)


Pero eso, como diría el bueno de Santo, es "otro tema".
Lo que motiva este post son las declaraciones del calvo cantante del grupo La Mosca, Guillermo Novellis en el programa mencionado.
Ni el aspecto de Novellis (foto derecha) ni su prosa son muy inteligentes -eso es cierto- y todos sus dichos habrían consecuentemente caído en saco roto, si no fuera por el hipócrita, cobarde, miserable esprit du corps, el marcial, indefectible espíritu de cuerpo de que hizo gala al comentar que él "estaba de acuerdo" con que se permitiera a los Callejeros volver a tocar en público.
Para avalar su punto de vista (gremial, corporativo y obviamente postor de barbas en remojo), Novellis (¿ta?) nos regaló algunas, varias, muchas perlas como las que siguen y que comento a continuación:

"Lo de Cromañón pudo pasarle a cualquiera. Pudo pasarme a mí".
Este argumento es de una falacia repugnante. Lo de Cromañón no puede pasarle a cualquiera, porque si así fuese ocurriría todo el tiempo, y no es así. No le pasó a Soda Stereo, no le ocurrió a The Police en New York City, no le sucede al Planetario ni al Gran Rex cuando están Les Luthiers, ni siquiera le ha sucedido a ningún otro grupo de rock en Cromañón, con Chabán (foto de la izquierda, ya se ve...) y bengalas incluidas. No, Novellis. Lo de Cromañón le pasó a Callejeros y sólo a Callejeros. No le pasó ni a usted. No le pasó a los Rollings Stones. No le pasó ni siquiera a River Plate en la masacre de la Puerta 12. Le pasó a Callejeros, ¿se entera?

"Todos somos culpables de lo de Cromañón".
No me consta si Novellis es culpable: si así fuese debería presentarse en la justicia, explicar los motivos de su culpa y permitir que el ministerio público lo acuse. El resto de la humanidad no tiene culpa. Para la justicia argentina los responsables (en consecuencia: procesados) son Chabán (si su estómago es fuerte y lo resiste mírelo de nuevo: foto izquierda), Callejeros, algunos bomberos y policías y un par de funcionarios menores, muy menores... Por suerte, la Honorable Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires ya se deshizo de Ibarra, cuyo certificado de defunción política se firmó la misma noche del incendio.
¿Usted es culpable, Novellis? No dudo de su palabra. Yo la acepto sin dudarlo. Lo que no voy a aceptar es que me eche la culpa a mí y a tros tres millones de porteños inocentes (que, a lo sumo, tienen la grave culpa y el cargo de conciencia de haber elegido al siniestro Ibarra) de lo que hicieron usted y sus diez o doce cómplices (ya que se acusa usted mismo, entonces es cómplice). A mí (que estaba durmiendo en el momento crucial) no me meta en este sórdido asunto. Hay otros 37 millones de argentinos y unos 6.500 millones de seres humanos que tampoco tenían nada que ver.


"Hay que educar a la gente, hay que educar al público".
Con esta curiosa y seudointelectual pirueta lingüística Novellis intenta cumplimentar un doble objetivo. Primero y obvio, invertir la carga de la prueba para investigar y culpar a las víctimas. Otra manera de expresar sus dichos sería "Cromañón se incendió por la ignorancia de los espectadores". Esto, como la justicia ha demostrado y las pericias confirman, es una vil mentira. Cromañón se incendió porque Chabán decoró el local con materiales combustibles y prohibidos, y porque la puerta de emergencia estaba cerrada con candado. ¿De qué educación nos habla, señor Novellis?
La otra absurda presuposición (falaz, como todas las anteriores) es que el público tuvo algo que ver en el asunto. Los periodistas Franco Salomone y Magdalena Ruiz Guiñazú denunciaron públicamente que obran en su poder (enviadas por el representante artístico de Callejeros) dos copias de las invitaciones para la prensa al recital del día mortal. Y en ellas reza, en grandes caracteres tipográficos: NO TE OLVIDES DE TRAER TUS BENGALAS. ¿Público? ¿La culpa es del público, Novellis?

"Todos asumimos actitudes de riesgo, como no usar las luces bajas del auto".
Puede ser. No me consta. Yo no asumo riesgos innecesarios, y la gente que me rodea tampoco. Si Novellis lo hace, allá él. En cualquier caso, el argumento de que todos somos suicidas en potencia (hecho muy discutible y científicamente incomprobable) no sirve para apoyar el hecho de que la culpa la tuvo el público ni la hipótesis de que Callejeros tenga derecho a volver a subir a un escenario.

"Somos una sociedad enferma".
Otro hecho incomprobable, al menos a la luz de los más recientes y serios estudios estadísticos sobre salud mental. Y aunque tuviese razón: ¿qué tiene eso que ver con el hecho de que Callejeros incentivó al público (ver las entradas para la prensa) para que encendiera la pirotecnia y con el hecho de que Chabán o sus subordinados cerraran las puertas de emergencia?

"Desde arriba del escenario las bengalas se ven tan lindas... Es un espectáculo...".
Sin palabras, Novellis.
Sin palabras.
Sin palabras, muertos y heridos.
Sin palabras.
Sin palabras, padres de los muertos y heridos que luchan por la justicia y porque Callejeros nunca vuelva a tocar en público.
Sin palabras.
Sin palabras, Santo Biassati (que se quedó callado).
Sin palabras.
Sin palabras, lectores.
Sin palabras...